¡Los directores de orquesta existen!

Sí, existen y suelen llamarlos líderes, aunque esa palabra está incrustada como una estrella ninja en el lóbulo frontal de mi cerebro. Está por todos lados, todo el mundo es un líder con habilidades especiales, una especie de Pokémon… una fantasía que vender.

Un director de orquesta tiene un conocimiento previo del desempeño de cada instrumento y de las capacidades de sus artistas, que, sumados, forman parte de parte de una sinfonía. El director elige y combina con sabiduría en tiempo y forma cada actuación individual para crear la esa gran sinfonía que levante al público de sus asientos.

Nuestro cerebro es un órgano reflejo, es decir, capta toda la información de nuestro entorno y nos distrae de lo realmente importante: el ahora. Si a eso unimos el concepto de neuronas espejo, que propician que contagiemos nuestras emociones a otras personas, el cóctel resultante es que nuestra cabeza es un mar de información que a veces nos distrae de transmitir las emociones correctas en el momento determinado.

Si extrapolamos a la recepción de un hotel. Si un huésped que viene de un largo viaje repleto de ilusión percibe una emoción equivocada, ya comenzamos poniendo la primera «piedra en el zapato».

De ahí la importancia de tener a un buen director de orquesta que dé a cada uno las herramientas con las que disfrutar (elemento musical), la guía para centrarse en lo realmente importante en ese momento (marcar los tiempos) y sacar nuestra mejor versión que, junto con el resto del equipo, transmita la emoción de crear ese recuerdo inolvidable (la más bella sinfonía).

Cada departamento de un hotel tiene una sinfonía diferente. Por poner un ejemplo, un camarero de bar no satisface las mismas emociones (desconexión y diversión) que un camarero de restaurante (intimidad y las que proporciona la degustación).

Esto lo da la experiencia en el sector, el haber estado en cada puesto y el «haber sangrado» muchas situaciones, y lo perfecciona la formación. Nunca nos olvidemos de la formación.

Deja un comentario